ORACIÓN DEL CORDERITO MANSO
Corderito manso
que en el altar estás,
vence a mis enemigos que contra mí estén,
que mi corazón encarne en el de él,
como encarnó Jesucristo,
y mando a San Lázaro y venció,
como no he de vencer yo a este enemigo traidor,
con dos te miro, con dos te ato,
con tres te agarro,
con la Sangre de Jesucristo el corazón le parto.
Padre e Hijo y Espíritu Santo,
un solo Dios verdadero,
que el enemigo venga a mi tan ledo y quedo
como Jesucristo fue al madero.
A mi enemigo veo venir,
con los ojos vendados y los brazos inutilizados,
Sangre de Jesucristo me pide y yo no se la he de dar.
Yo te pido gran Señor que me lo traigas,
que me lo has de traer rendido a mis pies,
vencido, manso y desanimado:
tienes fuerza para vencerlo.
Si algo el enemigo intenta contra mí,
no se lo permitirás,
si a la justicia se fuere, no ganará,
si a defensores pusiere todos se negarán.
Jesucristo, como Cordero estarás a mí,
y así, al mirar mi presencia
todos los que me desean mal se desmayaran.
Amén.